miércoles, 22 de septiembre de 2010

DODE NO CRECE EL PASTO

Los llamados cubresuelos son una buena alternativa para aquellos lugares donde no puede prosperar el césped. Te presentamos los motivos por los que puede interesarte esta opción, y algunas especies.


Las plantas que cumplen la función de cubresuelos son una alternativa para los lugares del jardín en donde el césped no crece por falta de luz solar, ya sea entre edificios, cerca de muros altos o debajo de la copa de grandes árboles.



Las zonas irregulares o de difícil acceso son otro sitio para plantarlos. Además, son de importante funcionalidad en zonas de pendientes, irregulares o con afloramientos rocosos, donde tener pasto sería muy difícil. También se utilizan para la fijación de médanos, ya que compactan el suelo y evitan la erosión.



Otra razón para plantar cubresuelos es su baja necesidad de mantenimiento: no necesitan una periodicidad de corte, como el césped. En su gran mayoría son perennes; es por eso que mantienen la zona elegida con atractivo durante todo el año.



Algunas especies aromáticas pueden plantarse entre durmientes o adoquines y regalar, así, sus perfumes al rozarlas. Por otra parte, ciertas enredaderas pueden guiarse y cumplir la función de cubresuelos, además de tupidas gramíneas de bajo porte.



Ya sea por su follaje variegado (vincas, hiedras), por su floración estacional (oxalis, ranunculus), por su aroma (violas, mentas) o por la textura de sus hojas (lamium), son una alternativa a la hora de resolver lugares en donde otras plantas fracasarían.



Algunas especies:



Erigeron (erigeron mucronatum): Es una herbácea perenne de crecimiento rastrero, de floración muy intensa y prolongada. Posee hojas pequeñas. Las flores son muy similares a las de las margaritas.



Vinca (vinca major): Esta herbácea perenne rastrera posee un atractivo follaje; y sus flores, que aparecen a fines del invierno y en la primavera, son color azul liliáceo. Existen variedades de hojas con bordes de color blanco crema.



Violeta (viola odorata): Es una herbácea perenne rizomatosa con tallos rastreros que se fijan al suelo por medio de raíces adventicias que se originan en los nudos. Posee hojas acorazonadas y flores pequeñas, muy perfumadas, con una coloración que va del violeta intenso al lila o blanco, dependiendo de la variedad.



Plectrantus (plectranthus madagascariensis ‘Variegata’): Es una herbácea perenne de follaje variegado. Florece en el verano o en el otoño con flores blancas. Requiere suelos fértiles y húmedos.



Ajuga (ajuga reptans) : Es una herbácea de porte pequeño, con estolones que se fijan al suelo por medio de raíces adventicias que se originan en los nudos. Forma masas densas de follaje en distintos tonos según la variedad; generalmente, purpúreos y rojizos. Sus flores son pequeñas, cortas, de color azul oscuro.



Liriope (liriope muscari): Es una perenne rizomatosa con hojas lineares de color verde oscuro. Tiene aspecto prolijo durante todo el año. Posee flores violetas o blancas que aparecen durante el verano o a fines de esa estación, de acuerdo con la variedad. Crece tanto al sol como a la sombra.
 

viernes, 23 de julio de 2010

LAURELES EN MACETAS PARA TU JARDIN

Hace falta conocer sus necesidades y debilidades para poder sacar el mayor beneficio. Las tres especies de las que hablaré son arbustos perennes que, durante el invierno, nos proporcionan una estructura verde; un verde oscuro y opaco (el Laurus nobilis) o un verde más azulado (el Nerium oleander).




Laurel comestible (Laurus nobilis): Funciona bien a pleno sol o con pocas horas de sol (de 2 a 3 horas resiste). Con menos horas de sol directo es susceptible a enfermarse con un hongo (fumagina) que produce un fieltro negro sobre la hoja. Se combate con funguicida. Resiste la falta de agua gracias a sus hojas duras. Funciona bien como ejemplar aislado o para formar cercos para disimular vistas indeseables. Necesita sustrato con un 40% de materia orgánica, y debe volver a incorporarse cada un año si la planta está en maceta.



Laurel de flor (Nerium oleander): Cualquiera sea el color de sus flores –blancas, rojas o rosadas–, ubicado a pleno sol florece desde fines de la primavera hasta el otoño. Si le falta agua durante el calor del verano, se enferma rápidamente con pulgones. Combatirlos con insecticida sistémico (droga dimetoato) cada 15 días, tres aplicaciones en total. Si se mantiene una buena frecuencia de riego no tiene ningún problema. El suelo debe ser compost orgánico en un 100%. Funciona muy bien como ejemplar aislado, en grupos de la misma especie o con otros arbustos para generar una cortina protectora.



Laurel enano (Nerium oleander ‘Petite Salmon’): Tiene los mismos requerimientos que su pariente cercano, el laurel de flor común, pero es un arbusto más pequeño (llega al metro cincuenta) y las flores son color salmón claro. Funciona bien en grupos de la misma especie, porque produce un impacto visual cuando florece. También puede combinarse con gramíneas.

miércoles, 21 de julio de 2010

CERCOS, MUCHO MÁS QUE UN SIMPLE LÍMITE


CERCOS: Mucho más que un simple límite

No sólo los cercos sirven para marcar un límite, sino que podrán generar espacios dentro del jardín, destacar algún sector o recubrir paredes que nos molestan.

Ya sea que usted viva en pleno centro de la ciudad, o en barrios, tanto cerrados como abiertos, siempre se busca preservar la intimidad y dar seguridad a su vivienda
Los cercos pueden ser muros, cercas de madera, alambre, cañas etc., o cercos verdes o vivos. Estos últimos, si bien se han usado desde siempre, al revalorizarse la vida al aire libre, le aportó un sentido estético, reemplazando la pared formada por plantas de una misma especie, que dan una impresión de monotonía, aunque algunas veces es muy útil
En la ciudad constituye una pantalla eficaz contra el ruido y el medio más seguro de conseguir intimidad; refrescan y realzan el jardín y la casa. Si hablamos de zonas más abiertas, nos benefician, jugando el papel de cortavientos, generando microclimas y un paisaje más manejable
Además de asociarse al entorno, proporciona movimiento, ritmo y estilo.
Es la primera impresión que recibe el visitante cuando llega a su casa, por lo tanto la elección de las plantas, así como su colocación, definirá un estilo.

1. Se puede cambiar la rigidez, o el carácter monótono de un cerco plantando una trepadora que se cuele, pero que no ahogue, como por ejemplo una Capuchina (Tropaeloum speciosun), Campanillas (Ipomoea) o Clemátides (Clematis).

2. Son todas plantas fuertes que resisten en el suelo empobrecido de los cercos y en el caso de la Clemátide, si se posterga la poda hasta después del otoño, nos regalará un gran colorido.
3. Algunas más fuertes, como un Rosal trepador, una Glicina (Wisteria sinensis), o una Madreselva (Lonicera), las cuales necesitan mayor contención.

4. Trate de evitar el rigor de un cerco plantado en línea; hágalo serpentear, cree rupturas, diferencias de nivel, que aunque le ocupe algo más de espacio, puede plantar florales en los espacios libres.
5. Mezcle especies, redondee los ángulos, libere las formas, y juegue con los colores del follaje
6. La altura del cerco es importante, para no perder la sensación de bienestar, de cara a una muralla verde. Debe mantenerse en proporciones “humanas”

7. Si necesitamos elevar un muro bajo existente, para tapar alguna vista desagradable, o preservar la intimidad, se pueden conseguir espalderas rígidas, trillage de madera o plástico, que se colocan sobre el muro y plantar allí alguna trepadora que despliegue su colorido y aroma, como la Pasionaria (Pasiflora), Madreselva (Lonicera) o Jazmines (Jasminun).











jueves, 8 de abril de 2010

Diseñar en el verde

Mantener los espacios, cuidar las especies e incorporar plantas nuevas de acuerdo con el lugar es tarea de los paisajistas que armonizan el exterior con los interiores de la casa. Las tendencias que vienen

lanacion.com | Suplemento Countries | S?do 3 de abril de 2010