viernes, 23 de julio de 2010

LAURELES EN MACETAS PARA TU JARDIN

Hace falta conocer sus necesidades y debilidades para poder sacar el mayor beneficio. Las tres especies de las que hablaré son arbustos perennes que, durante el invierno, nos proporcionan una estructura verde; un verde oscuro y opaco (el Laurus nobilis) o un verde más azulado (el Nerium oleander).




Laurel comestible (Laurus nobilis): Funciona bien a pleno sol o con pocas horas de sol (de 2 a 3 horas resiste). Con menos horas de sol directo es susceptible a enfermarse con un hongo (fumagina) que produce un fieltro negro sobre la hoja. Se combate con funguicida. Resiste la falta de agua gracias a sus hojas duras. Funciona bien como ejemplar aislado o para formar cercos para disimular vistas indeseables. Necesita sustrato con un 40% de materia orgánica, y debe volver a incorporarse cada un año si la planta está en maceta.



Laurel de flor (Nerium oleander): Cualquiera sea el color de sus flores –blancas, rojas o rosadas–, ubicado a pleno sol florece desde fines de la primavera hasta el otoño. Si le falta agua durante el calor del verano, se enferma rápidamente con pulgones. Combatirlos con insecticida sistémico (droga dimetoato) cada 15 días, tres aplicaciones en total. Si se mantiene una buena frecuencia de riego no tiene ningún problema. El suelo debe ser compost orgánico en un 100%. Funciona muy bien como ejemplar aislado, en grupos de la misma especie o con otros arbustos para generar una cortina protectora.



Laurel enano (Nerium oleander ‘Petite Salmon’): Tiene los mismos requerimientos que su pariente cercano, el laurel de flor común, pero es un arbusto más pequeño (llega al metro cincuenta) y las flores son color salmón claro. Funciona bien en grupos de la misma especie, porque produce un impacto visual cuando florece. También puede combinarse con gramíneas.

miércoles, 21 de julio de 2010

CERCOS, MUCHO MÁS QUE UN SIMPLE LÍMITE


CERCOS: Mucho más que un simple límite

No sólo los cercos sirven para marcar un límite, sino que podrán generar espacios dentro del jardín, destacar algún sector o recubrir paredes que nos molestan.

Ya sea que usted viva en pleno centro de la ciudad, o en barrios, tanto cerrados como abiertos, siempre se busca preservar la intimidad y dar seguridad a su vivienda
Los cercos pueden ser muros, cercas de madera, alambre, cañas etc., o cercos verdes o vivos. Estos últimos, si bien se han usado desde siempre, al revalorizarse la vida al aire libre, le aportó un sentido estético, reemplazando la pared formada por plantas de una misma especie, que dan una impresión de monotonía, aunque algunas veces es muy útil
En la ciudad constituye una pantalla eficaz contra el ruido y el medio más seguro de conseguir intimidad; refrescan y realzan el jardín y la casa. Si hablamos de zonas más abiertas, nos benefician, jugando el papel de cortavientos, generando microclimas y un paisaje más manejable
Además de asociarse al entorno, proporciona movimiento, ritmo y estilo.
Es la primera impresión que recibe el visitante cuando llega a su casa, por lo tanto la elección de las plantas, así como su colocación, definirá un estilo.

1. Se puede cambiar la rigidez, o el carácter monótono de un cerco plantando una trepadora que se cuele, pero que no ahogue, como por ejemplo una Capuchina (Tropaeloum speciosun), Campanillas (Ipomoea) o Clemátides (Clematis).

2. Son todas plantas fuertes que resisten en el suelo empobrecido de los cercos y en el caso de la Clemátide, si se posterga la poda hasta después del otoño, nos regalará un gran colorido.
3. Algunas más fuertes, como un Rosal trepador, una Glicina (Wisteria sinensis), o una Madreselva (Lonicera), las cuales necesitan mayor contención.

4. Trate de evitar el rigor de un cerco plantado en línea; hágalo serpentear, cree rupturas, diferencias de nivel, que aunque le ocupe algo más de espacio, puede plantar florales en los espacios libres.
5. Mezcle especies, redondee los ángulos, libere las formas, y juegue con los colores del follaje
6. La altura del cerco es importante, para no perder la sensación de bienestar, de cara a una muralla verde. Debe mantenerse en proporciones “humanas”

7. Si necesitamos elevar un muro bajo existente, para tapar alguna vista desagradable, o preservar la intimidad, se pueden conseguir espalderas rígidas, trillage de madera o plástico, que se colocan sobre el muro y plantar allí alguna trepadora que despliegue su colorido y aroma, como la Pasionaria (Pasiflora), Madreselva (Lonicera) o Jazmines (Jasminun).