martes, 17 de febrero de 2009

Arbol de la Vida


Los árboles meditan en Invierno.
Gracias a ello, florecen en primavera, dan sombra y frutos en verano,
y se despojan de lo superfluo en el otoño.


El Árbol es Vida y nos da vida al actuar sobre la atmósfera y el clima, fijar la tierra, producir alimentos y madera, ser fuente de salud con sus frutos, flores y esencias, elemento esencial en la cadena de la Vida.
El Árbol es la representación simbólica del Hombre que, como el árbol, tiene las raíces de su vida bien insertadas en la Tierra y su aspiración de trascendencia rozando el Cielo.
El Hombre y el Árbol son así antenas que unen el Cielo y la Tierra en el movimiento continuo de la Vida.
Desde la Antigüedad, todas las culturas y tradiciones tienen árboles sagrados, desde el Árbol de Vida del Génesis al ficus en el que Gautama Buda alcanzó la iluminación, desde el manzano de la isla de Avalon del rey Arturo hasta los árboles mágicos de celtas y druidas o los del Yannat, los Jardines del Paraíso coránico.
Los Árboles son los seres vivos más antiguos, los que más experiencia de Vida han acumulado y, por tanto, unos "maestros" de los que podemos aprender, vivir sus energías, recargarnos con su potencia, disfrutar de su belleza... contactar de otra forma con la Vida.