miércoles, 21 de julio de 2010

CERCOS, MUCHO MÁS QUE UN SIMPLE LÍMITE


CERCOS: Mucho más que un simple límite

No sólo los cercos sirven para marcar un límite, sino que podrán generar espacios dentro del jardín, destacar algún sector o recubrir paredes que nos molestan.

Ya sea que usted viva en pleno centro de la ciudad, o en barrios, tanto cerrados como abiertos, siempre se busca preservar la intimidad y dar seguridad a su vivienda
Los cercos pueden ser muros, cercas de madera, alambre, cañas etc., o cercos verdes o vivos. Estos últimos, si bien se han usado desde siempre, al revalorizarse la vida al aire libre, le aportó un sentido estético, reemplazando la pared formada por plantas de una misma especie, que dan una impresión de monotonía, aunque algunas veces es muy útil
En la ciudad constituye una pantalla eficaz contra el ruido y el medio más seguro de conseguir intimidad; refrescan y realzan el jardín y la casa. Si hablamos de zonas más abiertas, nos benefician, jugando el papel de cortavientos, generando microclimas y un paisaje más manejable
Además de asociarse al entorno, proporciona movimiento, ritmo y estilo.
Es la primera impresión que recibe el visitante cuando llega a su casa, por lo tanto la elección de las plantas, así como su colocación, definirá un estilo.

1. Se puede cambiar la rigidez, o el carácter monótono de un cerco plantando una trepadora que se cuele, pero que no ahogue, como por ejemplo una Capuchina (Tropaeloum speciosun), Campanillas (Ipomoea) o Clemátides (Clematis).

2. Son todas plantas fuertes que resisten en el suelo empobrecido de los cercos y en el caso de la Clemátide, si se posterga la poda hasta después del otoño, nos regalará un gran colorido.
3. Algunas más fuertes, como un Rosal trepador, una Glicina (Wisteria sinensis), o una Madreselva (Lonicera), las cuales necesitan mayor contención.

4. Trate de evitar el rigor de un cerco plantado en línea; hágalo serpentear, cree rupturas, diferencias de nivel, que aunque le ocupe algo más de espacio, puede plantar florales en los espacios libres.
5. Mezcle especies, redondee los ángulos, libere las formas, y juegue con los colores del follaje
6. La altura del cerco es importante, para no perder la sensación de bienestar, de cara a una muralla verde. Debe mantenerse en proporciones “humanas”

7. Si necesitamos elevar un muro bajo existente, para tapar alguna vista desagradable, o preservar la intimidad, se pueden conseguir espalderas rígidas, trillage de madera o plástico, que se colocan sobre el muro y plantar allí alguna trepadora que despliegue su colorido y aroma, como la Pasionaria (Pasiflora), Madreselva (Lonicera) o Jazmines (Jasminun).